miércoles, 27 de agosto de 2008

De Bosteros y de Locos, Todos Tenemos un Poco...

Hoy voy a contar una historia, había una vez...

...Un joven, quien nació en Venado Tuerto, hace 107 años, se llamaba Martín Daniel Barrado, y vino a Capital Federal hace 8 años con el fin de estudiar...Bah, mas bien lo echaron de la ciudad, puesto que "Martincito" como le decían las señoras de alta alcurnia y no tanta en el barrio, era un soberano hijo de puta. A los 12 años salia a gamberrear con sus amigos Lorenzo y Martel (Alias "El Facha") y se cuenta que además de robarle frutas a diversos verduleros, les pegaban a las señoras mayores de alta alcurnia y no tanta, hasta dejarlas tiradas en el piso, y les afanaban los caramelos habidos en sus carteras...Luego huían al grito de "Saul Ubaldini no murió!!!!"
Así pasaron sus años de Pubertad y Adolescencia (Sin referencias a Proyecto Verona) pateando caninos, robando bicicletas, orinado lugares publicos a plena luz del día, y obviamente dándole unas buenas zurras a las señoras mayores de alta alcurnia y no tanta.
Todo eso trajo a Martincito a la ciudad del pescado..(Si, si, no "pecado" sino "pescado", ya que en el barrio donde vivió, fue La Boca, y olia como tal) donde al bajar del micro que lo traía de su amado Venado Tuerto, quiso marcar territorio, y acto seguido busco una señora mayor de ...bue ya saben de que y le propino una soberana paliza, casi dejándola en estado comatoso.

Lo que el no sabia era que esta señora, era la mamá de Pedrito Ramuales, un barra brava de Boca Juniors, el cual localizo a Martincito, y junto a unos risueños colaboradores lo fueron a buscar a la pensión donde vivía.

Allí martincito sufrió reiteradas inspecciones anales por parte de símbolos fálicos de los alegres muchachos, y abusos del tipo bucal, seguidos por quemaduras de cigarrillos en partes sensibles del cuerpo.

Luego, lo untaron en mayonesa y otros elementos aceitosos y lo tiraron al Riachuelo.
Dicen las leyendas que de el cuerpo ya en esos momentos sin vida de Martincito, salio un jarabe negro y maloliente, viejas comadres decían, que el alama de Martincito, podrida del daño hecho en toda su vida cubrió todo el Riachuelo y desplegó un horrible aroma que duraría hasta el fin de los tiempos.

Una linda fabula, que nos explica los olores asquerosos que debemos respirar al pasear por La Boca y que los Gobiernos pasados y seguro futuros, nunca limpiaran.

Quiero dedicar esta fabula a mi amigo personal Mauricio Macri, quien te corta el gas, pero te regala un libro.

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